Los talleres y las actividades extraescolares desde pequeños para conocer la importancia del reciclaje es una práctica frecuente. Sin embargo, el tiempo y la experiencia nos han ido demostrando que el ejemplo y la constancia son los mejores maestros. Además, reciclar puede convertirse en una actividad cotidiana que, una vez instaurada en la rutina, resulta simple y muy gratificante. ¡Veamos cómo podemos reciclar y por qué es importante hacerlo!
Un planeta más rico, puro y bello para el presente y el futuro. En realidad, nos sobran motivos para reciclar. No obstante, el día a día y las obligaciones personales pueden hacernos perder de vista el maravilloso lugar en el que vivimos. Por esta razón, queremos explicarte por qué es fundamental reciclar y demostrarte lo fácil que es colaborar en un mundo mejor.
El ahorro de recursos naturales que supone el reciclaje es mayor de lo que pudiéramos creer. Por ejemplo, la tala de un árbol es similar al papel del que uno hace uso durante todo un año, es decir, se estima que una tonelada de papel es equivalente a la destrucción de 12 árboles. No obstante, de tener en cuenta la importancia del reciclaje y optar por modificar los hábitos, la industria del papel y del cartón podría abastecer sus necesidades ahorrando hasta un 60% en recursos naturales.
Una reducción de la tala de árboles da lugar a bosques más densos, ecosistemas más ricos, ideales para la preservación de distintas especies animales, una sociedad mentalmente más estable y un aire más limpio. ¡Un solo árbol puede captar al año hasta 150 kg de CO₂!
El reciclaje supone una disminución de las emisiones de gases en más de un 70%, así como de los agentes contaminantes en el agua. Por otra parte, se reduce el largo proceso de extracción, transporte y fabricación de nuevos materiales.
La economía circular es un modelo económico basado en la reparación y renovación de productos anteriormente comercializados. A través de este sistema, no solo se evita el desperdicio de materiales que aún se mantienen funcionales, sino también se reduce el impacto que genera su producción. A través de este método de fabricación y consumo, se logra alargar el ciclo de vida de algunos materiales, como el papel. De hecho, en Ecoregalos puedes encontrar esta mochila de papel laminado, un ejemplo maravilloso de ingenio y reciclaje.
El impacto que determinados materiales ocasionan en el medio ambiente puede pasar desapercibido. Un ejemplo lo encontramos en los productos químicos empleados durante la elaboración del papel, que pese a ser casi invisibles, son nocivos para los ecosistemas. El papel no reciclado, además, puede acabar tanto esparcido por la naturaleza como incinerado. En ambos casos, el resultado se traduce en desperdicio.
La separación de residuos precisa de trabajadores y empresas que realicen estas labores, lo que supone la regularización de profesiones relacionadas con el reciclaje y la creación de nuevos puestos de trabajo.
Además, las plantas de reciclaje forman parte de iniciativas para la integración de grupos de personas desfavorecidas y excluidas a nivel social y laboral.
Entre las consecuencias de no reciclar está el aumento de las enfermedades y muertes relacionadas con los contaminantes ambientales. De hecho, el Estudio de la Carga Global de Enfermedad estimó que de las 21 000 muertes anuales sucedidas en España, 15.000 se relacionaban directamente con la contaminación atmosférica. No obstante, este no es el único efecto de no reciclar.
La contaminación de los océanos, la tala de árboles, el cambio climático acelerado por un estilo de vida frenético o la reducción de los hábitats naturales debido a la edificación son consecuencias de la actividad humana que afectan gravemente a los ecosistemas que conforman la Tierra.
La demanda de productos como el papel se mantendrá o continuará creciendo. Independientemente de lo que suceda, será necesaria la tala de un número creciente de árboles, provocando de este modo una mayor deforestación. Es decir, muchos bosques desaparecerán y, con ello, el hábitat de gran cantidad de especies.
En 2018 la Agencia de Protección Ambiental concluyó que 88 millones de toneladas de los más de 260 millones de desechos humanos eran productos reutilizables. De no haberse llevado a cabo el reciclaje, esa basura habría ocupado un espacio totalmente innecesario en los vertederos, como sucede cada año, por ejemplo, con las pajitas desechables, a diferencia de las pajitas de papel biodegradables como las que puedes encontrar en Ecoregalos.
Más allá de los productos que llegan a nuestros mares y entorpecen la vida marina, el aire y los suelos sufren de una creciente contaminación. La emisión de dióxido de carbono y la liberación de los químicos que penetran en la tierra provocaría un aumento desmedido de la contaminación y el calentamiento global.
La conciencia respecto a la protección de los océanos aún tiene un largo camino por recorrer. La presencia de plásticos en las aguas y microplásticos en el interior de distintas especies acuáticas resulta impactante. Y es que esta situación no solo repercute negativamente en la calidad de los alimentos que proceden del mar, sino también la supervivencia de distintas comunidades animales. La descomposición de los plásticos puede tardar cientos de años y especies como las tortugas marinas pueden ingerir productos elaborados con este material después de confundirlos con alimento.
Los combustibles fósiles son un recurso natural limitado. Estos provienen de los restos fosilizados de árboles y animales y se emplean en la elaboración de plástico y nylon, dos materiales reutilizables.
Se estima que para el 2050 la reserva de combustibles fósiles habrá desaparecido. Sin embargo, si concedemos al reciclaje el papel que se merece, la combustión podría reducirse.
La culpa no siempre es buena consejera. En lugar de recriminar nuestras acciones pasadas o presentes, siempre podemos apostar por la responsabilidad y la capacidad de cambio. La regla de las ‘3 erres’ (Reciclar, Reutilizar y Reducir) es una práctica sencilla y accesible para todos, a través de la cual poder reconocer la importancia del reciclaje.
Para facilitar las labores de los trabajadores y aportar nuestro granito de arena, siempre podemos contribuir separando y almacenando los desechos según el tipo de residuo. Esta acción, que puede llevarse a cabo tanto en casa como en el trabajo, también permite identificar la cantidad de residuos que generamos en familia o de forma individual.
Por otra parte, dar una segunda (o tercera) vida a las cosas que utilizamos con frecuencia supone un ahorro de energía y de recursos, con lo que se alarga la vida útil de las materias primas.
Por último, resulta conveniente aprender a ser un consumidor más responsable y coherente: las compras compulsivas y desmedidas dan como resultado un exceso de residuos, un abuso de los recursos naturales y una desvalorización de todo cuanto nos rodea.
Si tomamos como referencia a la naturaleza, observamos que esta recurre a los organismos en descomposición para crear nuevos entornos fértiles y alimentar a animales y plantas. Y aunque el reciclaje aún sea una lección por perfeccionar, ¡siempre podemos tomar ejemplo de la naturaleza y ponernos manos a la obra!
© Copyright 2024 | Aviso legal | Política de privacidad | Cookies | Desarrollo web: Software DELSOL