¿Sabías que la industria de la indumentaria es una de las más contaminantes? Por eso, la moda sostenible se ha convertido en una tendencia que busca soluciones alternativas para la fabricación de la ropa que utilizamos. A continuación te contamos en qué consiste esta propuesta y por qué puede ayudarnos a cambiar el mundo.
La industria textil produce un porcentaje considerable de huella de carbono global. Se estima que se trata de alrededor de un 10%, pero que de no revertirse esta situación, podría llegar a convertirse en la cuarta parte en el año 2050. Además, la producción de prendas que no reparan en el tipo de materiales, es la responsable de la liberación de toneladas de microplásticos al océano. Y también, la segunda causa de contaminación del agua dulce del mundo.
Esta forma de producir genera, no solo un impacto en el planeta, sino que también tiene efectos a nivel social. Entre las consecuencias de la fabricación textil masiva se encuentran unas precarias condiciones laborales y un empobrecimiento de sus trabajadores, sobre todo de las mujeres. Por ello cuestionar las formas tradicionales de producir la ropa no es solo un tema ambiental, sino también de derechos humanos y urge la necesidad de introducir una perspectiva más global.
La moda sostenible es una corriente del diseño que propone tejidos duraderos y confeccionados con materiales y que no impacte negativamente en el medio ambiente, tanto en su proceso de elaboración como en su degradación. Esta tendencia ha surgido como una respuesta a las consecuencias sociales y ambientales de la confección de la ropa y, por suerte, cada vez tiene más adeptos.
Esta filosofía cuestiona el consumo rápido, barato y no perdurable, denominado “fast fashion”. Una “moda rápida” que para ser tan económica requiere mano de obra a precios muy bajos, así como el uso de materiales contaminantes que alteran negativamente los recursos naturales.
Por el contrario, la slow moda o ropa sostenible propone trabajar con la producción local, usando materiales sostenibles. El centro de este movimiento está en virar el modo de producción actual hacia opciones responsables con la sociedad y el planeta.
En general, la moda sostenible se caracteriza por cumplir ciertos estándares de fabricación para una producción más responsable. Si bien es cierto que estas acciones pueden encarecer el valor final de los productos, es la mentalidad lo que debe cambiar. La ropa dura más tiempo con la garantía de que ha sido elaborada respetando el medio ambiente y los derechos de los trabajadores. Se trata de consumir de manera responsable, y de hecho, existen certificaciones sostenibles que intervienen para asegurar ese proceso.
En general, se pretende utilizar materiales que una vez cumplido su ciclo de uso puedan degradarse y volver a la naturaleza. Estos suelen ser los textiles producidos a partir de fibras naturales como el algodón orgánico, el cáñamo o la fibra de bambú. Otra de las opciones que está generando interés es el upcycling, un reciclaje diferente que propone la creación de nuevas prendas a partir del aprovechamiento de ropa o textiles en desuso.
Además de la producción, el uso y transporte de estos productos tiene que realizarse buscando generar la menor huella de carbono posible. La ropa sostenible se suele fabricar con materias primas de cercanía a fin de reducir el impacto del transporte. También procura disminuir el uso de productos químicos nocivos para el planeta.
Otro de los pilares de la moda sostenible es diseñar pensando en aprovechar las materias primas, reduciendo al máximo la generación de residuos. Se procura que tanto por su apariencia como por la resistencia de los textiles, la ropa sostenible sea mucho más duradera, generando así un consumo más lento y consciente.
El respeto por las condiciones laborales de las personas (certificación Fair Wear Foundation) que participan en la fabricación de las prendas es uno de los cimientos de esta tendencia. El concepto mismo de sostenibilidad comprende aspectos tanto sociales como ambientales, dado que todos formamos parte del ciclo de vida del planeta. Tener el control sobre las condiciones dignas de trabajo es una responsabilidad de las marcas.
Se opta por utilizar embalajes que puedan reutilizarse como las bolsas ecológicas o tote bags y reducir al máximo los plásticos de un solo uso que suponen un gran desperdicio y son contaminantes.
Si bien la llamamos “moda” sostenible, estamos seguros de que es una tendencia que ha llegado para instalarse, pese a que su nombre nos remite a lo efímero. Por suerte, cada día más personas son conscientes de que hay que tomar cartas en el asunto y ser responsables con la sociedad y el medio ambiente. Y por eso, en Ecoregalos ofrecemos distintas opciones de gorras, mochilas, sudaderas y camisetas que empresas e instituciones pueden personalizar y regalar en su actividad para sumar y generar conciencia.
Y tú, ¿te sumas a este nuevo movimiento? Haz de tu armario un espacio respetuoso y sostenible.
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