El cartón reciclado es un material muy noble que ofrece grandes posibilidades y se utiliza tanto en la actividad industrial como en la vida cotidiana. Desde packaging hasta muebles, puede usarse para fabricar todo tipo de objetos.
Además, al reciclar el cartón aportamos nuestro granito de arena a la preservación de nuestro planeta, ya que en este proceso reducimos el tamaño de los vertederos, el desperdicio de recursos naturales y la contaminación.
Biodegradable, resistente, aislante y reutilizable, el cartón se convierte en una excelente alternativa para sustituir materiales como los plásticos de un solo uso que tardan cientos de años en descomponerse.
Reciclar cartón es un proceso en el que intervienen varios actores, por lo que conocer sus etapas nos ayudará a ser más conscientes con la gestión de nuestros residuos. La fabricación de cartón reciclado se realiza de forma industrial, pero también requiere del compromiso de la ciudadanía en la separación de la basura, ya que esto facilita su clasificación y gestión.
Para eso, están los ya conocidos contenedores azules dedicados a la recolección de periódicos, revistas, cajas o embalajes de cartón y bolsas de papel. Gracias a la separación de residuos en nuestros hogares logramos que alrededor de un 71% del papel y cartón de primer uso sea reutilizado gracias al reciclaje, según la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL)
El proceso industrial con el que se recicla el cartón consta de cuatro pasos que permiten la fabricación de nuevos materiales a partir de los cartones desechados. Una vez recolectados y clasificados, se transforman en pulpa y luego se secan para convertirlos en grandes rollos de papel que se utilizarán en la fabricación de distintos objetos, dándole así una nueva vuelta al ciclo. Veamos en detalle cuáles son las cuatro fases principales de este proceso de reciclaje:
Paso 1: plastificación
Lo primero es separar las fibras de papel que se forman en la fábrica de secado. Para ello se suelen utilizar diferentes productos químicos que se añaden al cartón y al papel.
Paso 2: criba
Para llevar a cabo el proceso de reciclado es necesario conseguir una mezcla lo más homogénea posible. Por ello se realiza una selección donde se clasifica el material y se retiran aquellos que no son papel o cartón.
Paso 3: centrifugado y triturado
Se introducen todos los residuos en un contenedor con agua hasta que se deshacen formando una pasta uniforme y se separan de acuerdo a su densidad. Después pasan por una trituradora y diferentes filtros donde pierden todos los restos de metal, tinta o plástico que puedan contener.
Paso 4: clasificación
En este momento se separa la fibra resultante del proceso anterior en dos tipos de celulosa. Una de ellas se usa para el papel de periódico y tiene un menor porcentaje de reutilización, mientras que la otra, la celulosa larga, origina el cartón reciclado.
El reciclaje es una actividad sostenible porque genera beneficios para el cuidado del planeta que impactan de manera positiva en nuestra sociedad. Algunas de las principales ventajas ambientales de reciclar cartón son:
Aunque su uso más difundido es en el embalaje industrial, existen muchas cosas que se pueden hacer con cartón reciclado. Gracias al desarrollo de la tecnología y el perfeccionamiento en las técnicas de reciclaje, hoy en día es posible obtener un material duradero y resistente. Estos distintos tipos de cartón reciclado tienen la capacidad de convertirse en muebles y materiales de construcción, pero también en pequeños objetos cotidianos como libretas, bolígrafos o incluso bolsas térmicas.
Por otro lado, una tendencia que crece es la de sustituir el packaging de plástico por este material, pudiendo crear desde envases para alimentos hasta pajitas biodegradables. Esto supone un gran avance en la gestión de los residuos, ya que utilizamos toneladas de envases de un solo uso de estas características a diario.
Como sucede con otros materiales sostenibles, la utilización de cartón reciclado minimiza nuestra huella ecológica. Cuando nos preocupamos por utilizar productos con este elemento estamos poniendo en práctica las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Esto es también un buen comienzo para cambiar nuestros hábitos de consumo por otros más responsables. Por ejemplo, preguntarnos antes de comprar algo si de verdad nos hace falta, y si es así optar por productos sostenibles.
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